21 nov 2010

dualidad_contemporánea_

Cualquier acto de creación es descomponible en dos dimensiones, una es la parte analógica y la otra la digital. Entendemos como analógica aquello que se acerca a las relaciones sociales contraídas por los usuarios, a la huella de lo humano sobre el objeto, es decir, todo aquello que transmite al público sentimientos o sensaciones, ya sea al ver, al tocar, al experimentar, al oler… Por otro lado encontramos la parte digital, que es la encargada de transmitir la información en su mínima expresión, sin suscitar ningún sentimiento sobre el usuario. Al tranformar estas palabras, digital se puede entender como cualquier acto donde no cabe posibilidad al error o a la sensación, y no tan solo en un aspecto formal de purismo. Un ejemplo de la digitalización del diseño son las piezas de Karim Rashid, en las que no hay un dialogo humano entre el objeto y el usuario. En todo caso, cualquier pieza de diseño esta dotada de esta dualidad, aunque a veces sea difícil distinguir donde esta el limite de cada una.


Este fenómeno digital esta sustituyendo el universo real tal y como lo conocemos. Por su importancia este proceso es considerado la ultima revolución de la Historia de la Humanidad, la revolución digital. El exponente mas claro de digital es la inversión en la percepción del hombre moderno de su habitat vital por excelencia: la ciudad. La ciudad nació como conjunto de lugares donde el ciudadano realizaba sus actividades vitales. Pero paulatinamente el uso de la ciudad como espacio común va disminuyendo. Llegando al punto que cualquier ciudadano podria hacer sus actividades más básicas sin salir de casa. A medida que lo digital se ha ido imponiendo en nuestro dia a dia, el oficio de diseñador (y otros muchos) han ido dejando de lado toda aquella actividad manual o artesana, el elemento analógico.


Sin embargo, parece que en el panorama artístico y del diseño en general vuelve a haber una tendencia a recuperar esa huella manual, del hombre, en las obras o objetos. Los artistas o diseñadores (si es que hace falta hacer una dualidad entre estos) han empezado a aborrecer la omnipresencia de lo digital, creando obras a partir del trabajo manual, volviendo por así decirlo a la artesanía de hace doscientos años. Algunos historiadores del arte han catalogado este nuevo renacer de lo analógico como “movimiento posmodernista”. Etiqueta bastante lógica, ya que nos remite al movimiento modernista, corriente artística que se basaba en una reacción en contra a todo aquello industrial, volviendo a los materiales y a la artesanía autóctona; es inevitable pues encontrar un paralelismo entre el movimiento artístico de finales del XIX principios del XX i en el que ahora nos encontramos. Una obra muy reprensentativa es The open (fig.1), de Mattia de Casalegno. Es una obra interactiva, que trata de una mascara con un trozo de prado y unos auriculares que retransmiten las respiraciones del propio usuario, haciendo un hincapié a nuestros orígines como animales y revalorizando el individualismo perdido en nuestros ritmos de vida.

Fig.1. The Open, Mattia Casalegno

Básicamente una de las finalidades del diseño es vender, mediante emociones creadas para un publico determinado. Ya hace años que nos hemos dado cuenta que aparecen muchas aplicaciones en publicidad, videoclips, diseño grafico, arte, interiorismo.. donde la creación se basa en cosas tangibles. Como es el caso de el trabajo de Julien Vallée, (fig.2) que crea sus piezas en el espacio real para posteriormente hacerle la foto. Otro ejemplo como es el caso de Carol Hoffman (fig.3) con sus creaciones tipograficas mediante clavos y hilos. Es evidente que la digitalización del mundo esta tan arraigada en nuestras vidas, que ha llegado hasta al punto que es agobiante. Muchas veces lo analógico o manual va relacionado intrínsicamente con la cotidianeidad, este elemento de lo cotdiano es usado para empalizar con el público, un claro són las últimas campañas públicitarias de Ikea (fig.4) o los videoclips del grupo estadounidense OKGO (Fig.5). Donde lo analógico transciende en un todo por encima de todo aquello meramente digital, retomando las ya olvidadas riendas de aquello manual. Otro ejemplo es el interfase creado por Barcelona Mutlitouch, (Fig.6) pantalla táctil con infinidad de usos tanto lúdicos como educativos.


Fig.3 Carol Hoffman

Esta vuelta a la actividad manual se trata quizás de tan solo una moda pasajera o puede convertir-se en un corriente artístico como vino a ser el modernismo o el art decó. Sin embargo, basándonos en los sucesivos bucles de la historia del arte, es probable que todo aquello racional o digital volverá a tomar importancia, probablemente en otro formato o contexto. Personalmente e influido por el panorama actual, creo que en la mayoría de los casos deberíamos apostar por el diseño más analógico, más humano, sin perder la naturaleza como seres vivos cohabitantes del mismo espacio físico.


Fig.2 Julien Vallée

Fig.4 Publicidad de Ikea



Fig.5 Videoclip de OKGO



Fig.6 Barcelona Multitouch




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